La venta de puertas blindadas se dispara tras el verano. Lo mismo sucede con la instalación de alarmas como consecuencia de los robos que se producen durante la temporada estival. Y es que los ladrones, al contrario que la mayoría de la gente, no descansan durante el verano.
Las cifras son claras, en España se produce un robo cada 33 minutos durante esta época del año y se calcula que este verano podrían llegar a producirse más de 82.000 robos en viviendas. La mayoría de ellos en hogares que no cuentan con medidas de seguridad.
En los meses de julio y agosto es cuándo se producen más desplazamientos. Muchas personas acuden a pasar el verano a su segunda residencia o se van de vacaciones. Son muchos los pisos que quedan vacíos en las ciudades y, a menudo, bloques enteros quedan prácticamente deshabitados. Esto facilita mucho la acción bandas organizadas que vigilan durante días en los barrios hasta localizar aquellas viviendas en las que resulta más sencillo entrar.
Edificios con pocos vecinos y escasas medidas de seguridad
Las viviendas más visitadas por los amigos de lo ajeno son aquellas localizadas en edificios en los que hay pocos vecinos y que cuentan con escasas medidas de protección. El tiempo suele ser un factor determinante en muchos de estos robos y los delincuentes prefieren entrar en una casa en la que se lo pongan fácil antes que en otras dotadas con puertas blindadas o con rejas.
Es cierto que este tipo de medidas de seguridad no van a disuadir a las bandas organizadas más profesionales, pero estas no suelen actuar en barrios de clase media, sino que se especializan en viviendas de lujo en las que pueden conseguir botines mucho más altos.
Consejos a seguir
Antes de irse de vacaciones es conveniente dejar instaladas puertas blindadas, alarmas y las medidas de seguridad necesarias según el tipo de hogar. También es importante tener contratado un seguro que cubra las pérdidas en caso de robo, así como los desperfectos causados.
Además, es importante seguir las instrucciones que da la policía, como no poner en las redes sociales las fechas en las que se sale de vacaciones, encargar a algún vecino que recoja el correo del buzón o colocar programadores para que las luces se enciendan varias veces al día dando la sensación de que la casa está habitada.